¡Hola! Me aparezco por aquí para dejar una entrada diferente a las que había colocado hasta ahora (no es una adaptación, sino algo un poco más personal... digo, para dar un cambio a lo que normalmente encontrarían por aquí).
2012... Ha sido un año atareado.
En enero empecé a trabajar dando clases en la universidad donde estudié la Licenciatura en Nutrición. Me tocó impartir la asignatura de "Proyectos en Nutrición Comunitaria" a los alumnos de octavo semestre (vamos, a los que ya están en el último año). Ha sido interesante, aunque estresante al mismo tiempo, pero bueno, ahí andamos...
Febrero pasó muy rápido.El día 10 de ese mes, falleció mi abuelo materno. Era un hombre mayor (90 años no es nada despreciable), tuvo una vida larga y ya tenía muchos problemas de salud. Era diabético, hipertenso, había tenido ya un EVC hace algunos años (que le dejó algunas secuelas leves) y hacía unos meses antes, había tenido otro EVC que lo dejó en cama definitivamente. No lo conocí realmente por mucho tiempo, pero puedo decir con seguridad que no era una persona complicada de entender. Le gustaba sentirse útil y ser independiente, y eso de quedarse atado a una cama dependiendo de las atenciones de los demás... supongo que le resultaría deprimente. Después de ese último EVC, ya no pudo moverse, ya no pudo hablar, no podía siquiera alimentarse de manera natural (tuvieron que colocarle una sonda).
Realmente la noticia no me tomó por sorpresa, casi hasta puedo decir que fue un "alivio" porque sé que, aunque no podía decirlo, estaba sufriendo mucho con esa situación.
Todos sus hijos estuvieron reunidos por primera vez en muchos años. Estaban tristes, se les notaba y no era para menos. Solo hasta el momento en que llevaron el cuerpo al cementerio fue que los vi llorar a todos.
Eso fue en las Zarquillas, el pequeño pueblo donde se criaron mi madre y mis tíos. Ese fin de semana estuvo lluvioso.
Y sin saberlo, llegó marzo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario